Neuroturismo

El turismo es emocional, y dominarlo significa entender la ciencia del comportamiento humano

A diferencia de industrias que ofrecen gratificación instantánea, el turismo vende un sueño: intangible, aplazado y de alto riesgo. Los clientes suelen esperar meses (o incluso un año) para su viaje, enfrentando distracciones como finanzas, trabajo o temores a reservar online. ¿Tu misión? Hacer el proceso simple, seguro y emocionalmente atractivo. El neuroturismo, que combina neurociencia y viajes, revela cómo las emociones guían decisiones instintivas, moldeadas por experiencias, estímulos sensoriales y recuerdos. Un gran viaje crea fans de por vida; uno malo genera quejas que pueden hundir tu marca.

Las herramientas de neurociencia como la estimulación magnética transcraneal (TMS), la estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS), la estimulación cerebral profunda (DBS), muestran qué emociona a los viajeros: el trato en el hotel, la comida, las actividades, y qué los aleja. Por otra parte existen consultoras de inteligencia turística que analizan la demanda y motivaciones viajeras, detectan tendencias de sostenibilidad y turismo responsable, optimizan la oferta y las experiencias, miden el impacto emocional y reputacional, trabajan con inteligencia artificial y benchmarking, realizan soporte para marketing y ventas.

Fases del comportamiento del turista y estrategias para acceder a ellos.

Soñar

  • Dominar el SEO. Aparece primero en buscadores para ser la opción inicial. La gente confía en lo popular: la prueba social y el efecto manada guían las elecciones.
  • Aprovechar reseñas. Altas calificaciones en TripAdvisor o blogs de viaje generan confianza. Los números y comentarios son clave.
  • Contar una historia. Si tu destino es un escape natural, cada punto de contacto —sitio web, Instagram, anuncios en YouTube— debe reflejar esa vibra. Muestra a los viajeros disfrutando: caminatas, meditación al aire libre o platillos locales como el pan típico del pueblo.

Planear

  • Usar precios psicológicos. $89.99 parece más barato que $90. Números impares y no redondeados sugieren una ganga.
  • Reducir el dolor de pagar. Ofrece paquetes todo incluido o pagos a crédito para evitar sorpresas. Omite el símbolo de dólar: reduce la resistencia a gastar.
  • Simplificar. Demasiadas opciones confunden. Reduce las alternativas para facilitar decisiones.

Reservar

  • Crear un sitio web intuitivo. Diseña para guiar la mirada al botón de “Reservar Ahora”, con información clara y concisa.
  • Usar señales visuales. Muestra personas disfrutando tu oferta, con rostros que dirijan la atención a elementos clave. Los humanos seguimos miradas por instinto.
  • Palabras persuasivas. Términos como “Gratis” o “Nuevo” (ej. “Cancelación Gratis”) son mágicos. Booking.com lo hace bien con tácticas de urgencia como “¡Solo quedan 2 habitaciones!” y mensajes en verde para positivos, rojo para escasez.

Disfrutar

El neuroturismo brilla aquí. Personaliza según el perfil del viajero: ¿solo, en pareja o en familia? ¿Comida local o conocida?

  • Personalizar con datos. Herramientas como seguimiento ocular o mapeo de gestos faciales (como en estudios de Expedia) revelan qué valoran los viajeros. Experiencias locales únicas, como paseos por mercados o encuentros con animales, suelen igualar en impacto a actividades costosas.

Lealtad

Una gran experiencia genera recomendaciones, volviendo al ciclo del sueño. Detalles sensoriales —el aroma a coco de una cabaña o un desayuno memorable— crean recuerdos duraderos.

  • Ofrecer una experiencia 360°. Un solo mal trato (ej. personal grosero) puede arruinar todo. Cada interacción debe ser impecable.
  • Crear momentos memorables. Los pequeños gestos marcan la diferencia. Nunca olvidaré cuando en el Hotel Azimut City Khabarovsk, sin que yo lo pidiera, nos cambio de habitación porque se dieron cuenta de que habían empezado unas obras junto al lado de nuestra terraza. Ese gesto inesperado nos hizo sentir cuidados de verdad y con ganas de volver por lejos que este este hotel.

Reflexión final

El neuroturismo puede transformar el negocio de una empresa turística al pasar de ofrecer simples viajes a diseñar experiencias integrales, sostenibles y personalizadas, donde el viajero no solo consume un destino, sino que lo vive de forma consciente. Esto permite a la empresa diferenciarse, atraer nuevos perfiles de clientes con mayor disposición a invertir en propuestas auténticas y generar valor añadido mediante actividades innovadoras que combinan cultura, naturaleza, tecnología y bienestar, fortaleciendo así su reputación y su rentabilidad a largo plazo.

Translate »