Una noche en el hotel más bonito de La Manga del Mar Menor (que nunca olvidaré)

Hay hoteles que conquistan por la vista, otros por la comida, y algunos… por su capacidad para darte el palo y mantenerte despierto toda la noche. Este es el relato de mi «inolvidable» estancia en un hotel de La Manga del Mar Menor, un lugar tan bonito que ni siquiera el sueño quiso perdérselo.

Primer movimiento : El zumbido intermitente del aire acondicionado
La primera sorpresa de la noche vino con el violonchelo en la habitación: el aire acondicionado. No era un ruido constante y predecible, no. Cada cierto tiempo, soltaba un rasgado «uuuuuuuuuuu» tan agudo que ni los delfines del Mediterráneo podían ignorarlo. Intenté encontrarle el ritmo, como cuando buscas el «beat» en una discoteca, pero ni con métrica de reggaetón podía anticipar el siguiente «uuuuuuu».

Segundo movimiento: El intermitente frigorífico percusionista. Si el aire acondicionado era la violonchelo, el frigorífico era la batería. Cada 10 minutos, sin previo aviso, se activaba con un «cloc-cloc-bzzzzzz». Al principio pensé que era la lavadora del servicio de housekeeping, pero no, era mi propio frigorífico. Ese «cloc» me sobresaltó al menos ¿20 veces?. No necesité café para mantenerme despierto, el «cloc» se encargó de todo.

Efectos especial: El espectáculo lumínico de la tele y el sistema PPCI. Pero la fiesta no había terminado. Con la luz apagada, la habitación se transformó en una discoteca. La luz roja del televisor, que de día parece un punto inofensivo, de noche se convierte en el láser de una nave espacial. Justo cuando logras acostumbrarte a esa luz roja, el sistema antiincendios se activa con su flash blanco parpadeante. No me extrañaría que desde el espacio los astronautas señalaran diciendo: «¡Ahí está Cabo de Palos!»

La escenografía : La obra de arte moderna: El baño transparente. El diseño moderno del baño fue la guinda del pastel. Todo de cristal transparente, minimalista y elegante… hasta que te das cuenta de que la luz del baño es como el sol naciente. Y, claro, esa luz no tiene piedad: atraviesa el cristal y se proyecta directo a la cama como si el mismísimo Spielberg estuviera iluminando una escena de «Encuentros cercanos del tercer tipo».

La regidora: La recepcionista profesional En medio de esta travesía nocturna, decidí acudir a la recepción en busca de ayuda. Ahí me encontré con una señorita amable y profesional, que, para mi sorpresa, me invitó a probar suerte en otras dos habitaciones. «A lo mejor tiene más suerte en la 001», me dijo con una sonrisa esperanzadora. Pero ni la 001 ni la 002 escapaban a «un concierto diferente». Ella misma, incrédula, admitió el problema. La vi tan entre bambalinas, que la disculpé para entrar de nuevo a mi habitación a seguir con el Concierto Opus 968/003 en Do mayor para aire acondicionado y frigorífico.

Podrán decir que la experiencia de este hotel fue completa: sonido, luz, emociones fuertes y diseño moderno. No sé si fue un hotel o una prueba de resistencia de un reality show, Al igual que el libro que hay en la sala social: Magpie de Sophie Draper, y que ha sido elogiado por su atmósfera inquietante, sus personajes profundamente humanos y una trama que mantiene la intriga hasta el final, con giros inesperados, este hotel tenía que estar en La Lectura Dominical del Nº 472 o en el Diario Oficial del Ministerio del Ejercito.

Seamos cautelosos cuando en la web pongan «BOUTIQUE HOTELS FOR CITY LOVERS«, (Precio más bajo garantizado) Habrá que preguntar qué tipo de «concierto ofrecen esa noche».

Al final dormí por agotamiento ¿una hora?

La cadena de Hoteles Boutique en el centro de las ciudades, ideal para personas que les gusta disfrutar de la noche, dejar su huella y que la vida nocturna le marque, por lo tanto, podemos decir que nuestros hoteles están pensados para salir corriendo. 

Nota: En otra ocasión hablaremos del frio en el desayuno buffet y de la sauna de la sala social donde puede hojear la extensa biblioteca.